El cartel oficial del festival de cine de Cannes acostumbra a destacar por el diseño gráfico. La edición de este año ha elegido un fotograma de la película de Jean-Luc Godard Le mépris, rodada el año 1963 en la espectacular Casa Malaparte de la ilsa de Capri, en particular la monumental escalinata en forma de pirámide invertida que conduce al tejado solarium, asomado a la infinita incógnita del mar Mediterráneo, al sueño del horizonte, al vacío. Los dos protagonistas de la película, Brigitte Bardot y Michel Piccoli, subirán la escalinata del palacio del festival en la inauguración del
certamen el 11 de mayo. El polémico escritor Curzio Malaparte construyó la casa con sus propias ideas en 1937, veinte años antes de morir. La dejó en herencia a la República Popular China, pero la familia impugnó el testamento y hoy es una fundación privada dedicada a cuestiones de arquitectura y diseño.
certamen el 11 de mayo. El polémico escritor Curzio Malaparte construyó la casa con sus propias ideas en 1937, veinte años antes de morir. La dejó en herencia a la República Popular China, pero la familia impugnó el testamento y hoy es una fundación privada dedicada a cuestiones de arquitectura y diseño.
El cartel me ha llevado a recordar vivamente la isla de Capri y también la exposición que el arquitecto Oscar Tusquets dedicó el año 2001 en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona a las escaleras como protagonistas ingeniosas y destacadas de la historia de la arquitectura, así como su papel inspirador en otras artes como la pintura, la literatura, la fotografía o el cine. La exposición se basaba en el capítulo “Réquiem por la escalera” del libro de Tusquets Todo es comparable, donde exponía como las escaleras han dejado de ser un pezzo di bravura de los arquitectos para convertirse en un recurso funcional estandarizado.
El cartel del festival de Cannes del presente año viene a darle, de alguna manera, la razón. En las mismas fechas que el festival francés, la escalinata de Piazza di Spagna en Roma, un auténtico do de pecho en la materia, se llenará como cada año de miles de macetas de azaleas rojas en flor. La Casa Malaparte de Capri es de difícil acceso, el festival de Cannes requiere acreditación a los asistentes. En cambio pienso deambular muy lentamente y libre por la céntrica rambla escalonada de la escalinata de la Piazza di Spagna romana el mes de mayo próximo, entre las azaleas.
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