La novela del belga Georges Rodenbach Brujas la muerta influyó demasiado en otros escritores simbolistas y decadentistas, por ejemplo los autores catalanes de principios del siglo XX adictos al cliché de la "Girona gris y negra". La novela sirvió de base más adelante al inquietante film de Alfred Hitchcock La mujer que vivió dos veces. Hoy en Brujas no queda ni rastro de aquel espíritu oscuro. La ciudad se ha convertido en un ejemplo de restauración de núcleos urbanos medievales. Fue una capital europea, un centro del comercio hanseático y de la irradiación cultural que esa prosperidad permitía. El humanista valenciano Joan
Lluís Vives se instaló aquí, exiliado, de 1512 hasta su muerte veinte años más tarde.
Lluís Vives se instaló aquí, exiliado, de 1512 hasta su muerte veinte años más tarde.
La pujanza de la ciudad y su brillantísimo gótico civil quedaron congelados durante siglos en el estado de "bella durmiente" novelado por Rodenbach. El nuevo canal mercante de Zeebruge y la industria del siglo XX la despertaron, sin machacar el antiguo entramado urbano, transformado en atracción de visitantes.
Ahora los canales se recorren en barquito de visita para comprobar como la somnolencia o la vitalidad de una ciudad pueden imponerse alternativamente dentro del ritmo de los siglos. El Colegio de Europa imparte en Brujas prestigiosos postgrados en derecho, economía y ciencias políticas, a lo largo de varios edificios rehabilitados del centro histórico.
El principal novelista belga contemporáneo, Hugo Claus, nació en Brujas. Del legendario “malestar belga” extrajo el título de su libro más leído, La pena de Bélgica, una novela “provinciana y universal”, setecientas páginas sin dejar de reírse. Aquel eterno enfant terrible de las letras belgas encarnaba el amor crítico del país llano, igual que Jacques Brel. Una de sus canciones más hermosas, “Marieke”, proclama en francés y neerlandés entremezclados:
Ay Marieke, Marieke il y a longtemps
entre les tours de Bruges et Gand...
Zonder liefde warme liefde
waait de wind, de stomme wind.
Zonder liefde warme liefde
weent de zee, de grijze zee.
Zonde liefde warme liefde
lijdt het licht, het donker licht
en schuurt het zand over mijn land
mijn platte land, mijn Vlaanderlad.
Ai Marieke, Marieke, tiempo atrás
entre las torres de Brujas y Gante…
Sin amor, cálido amor,
sopla el viento, el estúpido viento.
Sin amor, cálido amor,
bulle el mar, el gris mar.
Sin amor, cálido amor,
reverbera la luz, la gris luz
y rasga la arena mi país
mi llano país, mi Flandes.
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