Ayer participé en la librería Edison de Figueres (foto de Josep M. Dacosta) en la presentación de libro inédito de Josep Pla Hacerse todas las ilusiones posibles y otras notas dispersas, fruto de las investigaciones efectuadas por el profesor Francesc Montero, dentro de la labor que realiza la Cátedra Josep Pla de la Universitat de Girona entre los papeles –publicados previamente o no-- cedidos años atrás por el editor Josep Vergés a la Fundación Josep Pla de Palafrugell. Participó asimismo en la presentación el profesor Xavier Pla, director de dicha cátedra y responsable de la edición del penúltimo
libro inédito de Josep Pla, aparecido en 2014 con el título La vida lenta.
Los inéditos de este escritor, como puede comprobarse, siguen nutriendo el interés de la editorial y de los lectores, a pesar la extensión ya de por sí oceánica de su Obra Completa: 45 volúmenes y 30.000 páginas. Según Ediciones Destino, de la Obra Completa ha vendido desde 1966 un millón de ejemplares, sin contar los títulos sueltos, reeditados fuera de la Obra Completa con un éxito comercial incluso superior al de muchos autores actuales.
Ahora la labor detectivesca de Francesc Montero entre los papeles de Pla depositados en la fundación que lleva su nombre ha dado un resultado brillante en el nuevo volumen Hacerse todas las ilusiones posibles y otras notas dispersas, tanto por la introducción explicatoria como por el contenido propiamente planiano, fruto con frecuencia de fragmentos descartados en su momento por la censura. Es un Josep Pla sin ataduras.
La lectura entusiasta del libro me ha llevado a preguntarme una vez más qué pueden llegar a contener los dos lotes de manuscritos cedidos en 1992 y 1996 por el editor Josep Vergés a la fundación de Palafrugell. La página web de la entidad no lo especifica, el listado no se ha hecho público.
En el mismo momento de la aparición de este nuevo inédito de Pla procedente de los manuscritos de la fundación, la universidad de Austin (Texas) anuncia que la totalidad del archivo de Gabriel García Márquez que compró en 2014 (manuscritos de sus libros y otros documentos del autor) ya se encuentra digitalizado y consultable por el público desde cualquier lugar del mundo de forma gratuita.
En la Biblioteca de Catalunya también se pueden consultar telemáticamente donaciones documentales que ha recibido la institución o por lo menos su inventario detallado, como ocurre asimismo en otros archivos del país. Me sigo preguntando qué más hay entre los manuscritos de Pla cedidos por su último editor a la fundación de Palafrugell más de dos décadas atrás.
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