Ofrecíamos este aspecto cuarenta años atrás los tres periodistas del diario L’Indépendant al presentar en Perpiñán nuestra retrospectiva histórica sobre un tema hasta entonces tabú: la retirada republicana de 1939 en Francia. Ahora se conmemoran los 80 años con múltiples actos institucionales, sin embargo entonces aun se consideraba incómodo mirar debajo de la alfombra. Trabajaba de corresponsal en Barcelona del diario perpiñanés cuando el colega de la redacción René Grandó, a las puertas del cuarenta aniversario de los hechos, planteó abordarlos con aportaciones de ambos lados de la frontera. Tras ampliar el equipo de trabajo con un tercer miembro de la redacción, Jacques Queralt, nos abocamos a archivos, búsqueda de
supervivientes y despliegue fotográfico.
supervivientes y despliegue fotográfico.
En Francia la opinión pública debatía muy poco sobre el indigno recibimiento de los republicanos españoles en 1039. Se confirmó la sospecha de que no lo lograríamos sin rozar sensibilidades todavía muy vivas. Eso nos espoleaba, ya que un hábito de nuestro carácter y de nuestro trabajo consistía en pronunciarnos, tomar partido aunque fuese a contracorriente de la postura más cómoda, sin imaginar que exhumar los hechos con una actitud de recuperación de la verdad llegase a conmocionar a los lectores como lo hizo.
La portada de la edición dominical del 11 de febrero del 1979 anunció el primer capítulo de la serie. Un recuadro destacado proclamaba: "Une rétrospective historique de L'Indépendant, documents de l'époque et temoignages sur l'exode des républicains espagnols. Enquête de René Grandó, Xavier Febrés et Jacques Queralt. Documents d'archives de L'Indépendant, d'après des photos de Chauvin".
Expusimos cómo cerca de 500.000 refugiados republicanos entraron exhaustos en territorio francés por el Pirineo catalán en poquísimos días, entre el 27 de enero y el 9 de febrero de 1939. El volumen del fenómeno, la concentración en pocos fechas de invierno y la imprevisión de las autoridades francesas provocaron uno de los éxodos más sobrecogedores, vivamente inscrito en la memoria.
En la redacción del diario, en la calle, en los distintos ambientes sociales se nos acercaban personas conmovidas, a veces hasta las lágrimas, por el tono del relato que acababan de leer. Nos aseguraban que veían restituido públicamente por primera vez aquel episodio, la dureza de los hechos y la brutalidad del recibimiento francés. Otras reacciones fueron hostiles, como ya ocurrió en 1939, aunque la gran mayoría expresó la satisfacción de ver su historia dignamente reconocida después de décadas de escarnio, silencio o disimulación. Eran los supervivientes del mar de náufragos menospreciados.
Con el material acumulado elaboramos el libro Vous avez la mémoire courte. Después lo ampliamos con el nuevo título Les camps du mépris, que ahora anda por la séptima edición, si no me descuento. René Grandó, Jacques Queralt y yo hemos mantenido la amistad surgida de aquel trabajo. Cada vez que nos reencontramos lo hacemos con una fraternidad que sabemos de dónde viene: del reconocimiento debido a aquellos perdedores.
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