2 sept 2020

La finísima estampa de los cien años de Chabuca

Mañana jueves se cumple el centenario del nacimiento de la mayor compositora latinoamericana del siglo XX, junto con Violeta Parra, sobre todo por su relanzamiento del vals criollo como canción de texto, de bellísimos textos a la altura del ritmo y la melodía. El vals acriollado casaba a la perfección con la elegancia poética y la línea argumental de las canciones escritas por la peruana Chabuca Granda. Ensalzaban una tradición y a la vez rompían con ella para llevar el papel de la mujer un paso más adelante, un paso de gigante. A pesar de educarse como hija de la alta sociedad, se acercó a los indios y los negros, en un país de fuerte separación racial. En 1950 compuso y estrenó "La flor
de la canela" sobre la criada mulata que la introdujo en las peñas musicales criollas. Dedicó otros grandes éxitos como "Fina estampa" a su padre, "José Antonio" al criador de caballos José Antonio Lavalle y varios temas al joven poeta guerrillero Javier Heraud, muerto en combate durante la dictadura militar.
La difusión aquí del arte de Chabuca Granda no se habría producido sin María Dolores Pradera y su histórico disco de 1967. En pleno apogeo de la melaza boleril y la épica cantinera de las rancheras, Chabuca conectó de nuevo con la línea melódica de compositoras como María Grever ("Júrame"), Consuelo Velázquez ("Bésame mucho") o Isolina Carrillo ("Dos gardenias"), sin parecerse a ninguna.
De su repertorio María Dolores Pradera escogió "La flor de la canela" y "Fina estampa", pero descartó "Cardo o ceniza", una de las mejores canciones jamás escritas en femenino de amor carnal, de amor de cama:

¿Cómo será mi piel junto a tu piel,
cardo o ceniza, cómo será?
¿Cómo será el gemido y cómo el grito
al escapar mi vida entre la tuya
y cómo el letargo al que me entregue
cuando adormezca el sueño entre tus sueños?
Pero ¿cómo serán mis despertares
cada vez que despierte avergonzada,
tanto amor y avengonzada...


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