11 dic 2020

Comer en el restaurante “clandestino” La Contrasenya o la felicidad

Ayer fuimos a comer con mi hija mayor Helena y su amiga Núria a La Contrasenya, el club gastronómico “clandestino“ con página en Internet que regenta desde 2012 Àngela Vinent en su taller de pintora, en el ático de un edificio industrial del Poblenou barcelonés. El lugar es singular porque lo ideó una mujer singular. Cada plato incorpora un toque expresivo que es como la levitación de la mano de la cocinera, sin ninguna otra magia que la claridad de espíritu y una destreza precisa. Àngela Vinent trabajó de periodista desde los dieciocho años. Primero como archivera del diario Catalunya/Express y redactora de Mundo Diario, donde nos conocimos en el día a día. Después como subdirectora del Avui. Finalmente como jefa de prensa de Pasqual Maragall. A partir de ahí se supo reinventar, hacer realidad aquel mito consistente en pensar que cada uno puede cambiar su destino una vez abandonada la casa de los jóvenes que fuimos. Actualmente escribe por Internet una serie sobre sus observaciones cotidianas, titulada “Petites històries en temps del virus”, que anda por el capítulo 157. Es coautora del libro recién publicado Cuines amagades. Ruta gastronòmica pels bars dels 40 mercats de Barcelona.
Su menú en La Contrasenya es siempre diferente, consensuado con los comensales, si no eligen la opción sorpresa como hicimos nosotros. Nos tocó de aperitivo una exquisita cata de aceite de Cal Xiquet, destilado de los olivos de su suegro y ahora de su marido en Aramunt (Pallars Jussà). Después vinieron el salmón, el humus, la alcachofa, el pollo, el ravioli de pato, la mousse de yogurt con membrillo y un bicchierino de grappa para la sobrenesa.
Ayer fuimos felices en el restaurante “clandestino” de la reinventada Àngela Vinent. El elemento que permite reinventarse en cada etapa no es la luminosidad con que vemos las cosas la primera vez, sino mantener esa capacidad la segunda y la tercera. El éxito consiste en defender activamente una ilusión, un propósito creativo, un afán espontáneo, una muestra personal de lo que entendemos por belleza. Y compartirlo.



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