Albert Boadella tiene un amigo noble y le dedica un libro

Albert Boadella acaba de publicar el libro El duque sobre su vieja amistad con Ignacio Medina y Fernández de Córdoba, duque de Segorbe, que en ningún momento designa por su nombre. El comediante ha tardado muchos años en hablar de esta relación, nacida casualmente en una de las cenas de la bodeguiya de la Moncloa en época de Felipe González, con uno de los nobles españoles más acreditados y visitante frecuente de Catalunya, entre otros motivos porque era conde de Empúries antes de traspasar ese rango a su hija, entre los más de cincuenta títulos nobiliarios que acumula la Casa de Medinaceli, de la que preside la fundación privada con mayor legado artístico y documental de España. La condición de duque es la más elevada de la nobleza, justo por debajo de los príncipes. La de Medinaceli una de las cuatro casas ducales españolas junto a la de Medina Sidonia, Alba y Osuna.
El nuevo libro de Boadella resulta distraído, aunque atenazado por la misma discreción del duque, sin que el personaje protagonista pretenda apasionar al lector. El autor deja mucho en el tintero. Por ejemplo, que Boadella fue el redactor inconfeso del magnífico pregón de fiesta mayor que la nueva condesa de Empúries pronunció íntegramente en catalán en el balcón del ayuntamiento de L’Escala en 2006, a sus veinte añitos recién cumplidos La creación del título condal ampuritano por los reyes francos remonta al siglo VIII y es uno de los más antiguos de Europa, de modo que la joven Sol María Medina Orleáns-Braganza es la cincuenta y cuatro condesa de Empúries mientras que Cayetana Fitz-James Stuart era apenas la dieciocho duquesa de Alba.
El padre ya había pronunciado el pregón de la fiesta mayor de Castelló d’Empúries en 1987, en castellano. También destacó por ceder a la Generalitat una copia en microfilm del rico archivo histórico de los títulos catalanes que le pertenecen: los condados de Empúries, Peralada, Prades y Osona, los marquesados de Camarasa y Aitona, los vizcondados de Cabrera i Bas y el de Vilamur, así como las baronías de la Conca d’Òdena y de Arbeca.
El libro de Boadella cuenta otras cosas.