Recluida voluntariamente desde 1978 en Lugano (Suiza italiana), la cantante Mina cumplirá ochenta y un años el próximo 25 de marzo y yo todavía tarareo “Grande, grande, grande” con su mismo entusiasmo. El mérito es todo de ella, de la vitalidad de su voz de soprano y la decisión de retirarse de la vida pública en pleno éxito, sin dejar de grabar desde entonces casi un disco por año, el último en 2019 con once temas compartidos con el cantautor Ivano Fossati. La “tigresa de Cremona” lleva cuarenta y tres años sin conceder entrevistas ni aparecer en público, pero trabajando a su gusto y haciendo lo que le canta. En 1959 ya se bailaban sus primeros éxitos, el twist “Tintarella di luna”, “Un anno d’amore” o la melodramática “Il celo en un stanza”. Grabó 1.500 canciones más de múltiples géneros. En 1971 apareció “Grande, grande, grande”, acto seguido “Parole, parole” o “L’importante e finire”, que todos entendieron referida al orgasmo. En 1998 salió el disco
“Mina Calentano”, el más vendido hasta entonces de música italiana. Ha vencido contra el show bussiness y yo sigo cantando en los buenos momentos:
Invece no, invece no, la vita è quella che tu dai a me.
In guerra tutti giorni sono vivo, sono come piace a te.
Ti odio, poi ti amo, poi ti
amo, poi ti odio, poi ti amo...
Non lasciarmi mai più, sei grande, grande come te,
sei grande solamente tuuuuuu...
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