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Ante un kiosco italiano |
Mantengo el vicio de encandilarme con una cierta parsimonia ante los kioscos, vistos como termómetro de la vitalidad pública y la pluralidad de intereses de cada lugar. En algunos países los kioscos aparecen como unos esqueletos carcomidos. En otros, en cambio, como en esta foto tomada en la Toscana en abril de 2011, rebosan de portadas de colores y titulares rutilantes que titilan como árboles de Navidad con las luces encendidas para ofrecer pequeños regalos a mi curiosidad. Si es así, acostumbro a salir cargado de diarios y revistas, en
cuyas páginas rastreo no sé cuántas sorpresas estimulantes. Pueden ser análisis cruciales de la actualidad o pequeñas anécdotas que quizás la ilustran todavía mejor.
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