El catedrático de historia contemporánea de la UAB Borja de Riquer se jubiló de la universidad el pasado jueves, a la edad prescriptiva de 70 años para los profesores. Lo hizo mediante el ritual llamado de la última lección, que dedicó a la figura del político Francesc Cambó. Borja de Riquer lleva toda una vida profesional anunciando su esperada biografía sobre Francesc Cambó, sin embargo se ha jubilado sin publicarla. Siempre he pensado que este país no podrá ser mínimamente normal hasta que no disponga de cuatro biografías estratégicas pendientes de su
historia del siglo XX: lade Cambó, la de Josep Pla, la del financiero Jaume Castell i la de Carmen del Lirio, amplias y casi completas como por ejemplo la que acaba de publicar Julià Guillamon sobre Joan Perucho, cendres i diamants. De momento siguen pendientes, a pesar de las primeras aproximaciones publicadas en los dos primeros casos y la ausencia estrepitosa en los dos últimos (la autobiografía del 2009 Carmen de Lirio. Memòries de la mítica vedet que va burlar la censura computa escasamente).
historia del siglo XX: lade Cambó, la de Josep Pla, la del financiero Jaume Castell i la de Carmen del Lirio, amplias y casi completas como por ejemplo la que acaba de publicar Julià Guillamon sobre Joan Perucho, cendres i diamants. De momento siguen pendientes, a pesar de las primeras aproximaciones publicadas en los dos primeros casos y la ausencia estrepitosa en los dos últimos (la autobiografía del 2009 Carmen de Lirio. Memòries de la mítica vedet que va burlar la censura computa escasamente).
La faceta de Cambó como mecenas cultural ha desdibujado de modo reiterado e intencionado la otra más decisiva de dirigente político antidemocrático de la derecha catalana. El fundador y líder de la Lliga Regionalista (luego Lliga Catalanista) y ministro de los gobiernos de Alfonso XIII prestó apoyo directo, directísimo, a los dos levantamientos antidemocráticos de su época: la dictadura militar de Primo de Rivera y la guerra civil desencadenada por el general Franco. El grito tan popular durante la II República en las calles de Cataluña de “Visca Macià, mori Cambó!” era sin duda esquemático, simplista si así se quiere, pero perfectamente ilustrativo.
En la posguerra el franquismo triunfante decidió que “Roma no paga traidores” y Cambó prefirió exiliarse cerca de sus fabulosos negocios internacionales, en Buenos Aires, donde murió en 1947. El cincuentenario de su muerte fue conmemorado en 2007 con la erección en Barcelona del monumento situado en la calle Pau Claris esquina con Jonqueres, escamoteando de nuevo el debate sobre su papel político. La faceta del Cambó mecenas cultural merece todo el respeto del mundo, exactamente igual como lo merece la verdad sobre su ominoso papel político.
El biógrafo in pectore Borja de Riquer ha publicado unos primeros trabajos parciales: L'últim Cambó (1996), Francesc Cambó. Entre la monarquía y la República (2007) y Alfonso XIII y Cambó. La monarquía y el catalanismo político (2013). También ha argumentado el esqueleto de su proyecto de biografía, por ejemplo en el largo artículo “Francesc Cambó : una biografía necesaria y compleja », en Cahiers de civilisation espagnole contemporaine (2012). Sin embargo la noticia de su jubilación ha llegado antes que la biografía sin la cual este país, tan abundante en historiadores universitarios profesionales, sigue cojeando en materia de conocimiento e interpretación de algunas figuras decisivas de su historia reciente.
0 comentarios:
Publicar un comentario