Una de las fotografías más comnocidas de la retirada republicana de 1939 fue tomada en las cercanías de Prats de Molló a primeros de febrero por un reportero desconocido y publicada el 18 de febrero de 1939 en el semanario francés L’Illustration. Mariano Gracia llevaba de la mano a su hija coja Alicia, de siete años. El niño de segunda fila, igualmente amputado, era su hermano Amadeo, de cuatro años, quien avanzaba con la ayuda de un civil también con pata de palo. El adolescente del fondo era el tercer hermano, Antonio, de doce años. El bombardeo franquista de la localidad natal de Monzón (Huesca) había causado el 20 de noviembre de 1937 la muerte de la madre Pilar Bamala y las amputaciones de los dos hermanos pequeños. El padre y los tres hijos marcharon refugiados a La Garriga (Barcelona) hasta el final de la guerra. Durante la retirada el grupo familiar pasó por Ripoll, Camprodón y el Coll d’Ares. A su llegada a las inmediaciones de Prats de Molló, uno de los reporteros de
prensa que cubría el éxodo republicano tomó la foto.
prensa que cubría el éxodo republicano tomó la foto.
El padre murió al año y medio de llegar a Francia. Los tres hermanos fueron enviados al cuidado de los abuelos en Monzón. El primer paso para reconstruir la historia de aquella escena no se dio hasta 1988, cuando el periodista Josep Pernau inició precisamente con esta foto una serie de artículos en El Periódico sobre la Guerra Civil, que daría pie a su libro Diario de la caída de Catalunya. El hermano mayor Antonio Gracia Bamala vivía en Huesca y se puso en contacto mediante una carta a la redacción.
El País Semanal dedicó un número especial a la retirada el 12 de enero de 2003. Pidió a sus lectores que mandaran testimonios. A la redacción llegó una carta de otro de los hermanos, Amadeo Gracia Bamala, con el encabezamiento “Ni perdono ni olvido”. Se identificó como el niño cojo de aquella foto, junto a su padre y dos hermanos. Era ya el único superviviente y vivía jubilado en Alcalá de Henares. “No creo que nunca, a pesar de los esfuerzos realizados por tantas y tantas personas de bien, se llegue a hacer la más mínima justicia sobre tanto dolor, escarnio y humillación”, manifestó.
Marguerite Planell, presidenta de la asociación Prats Endavant, de Prats de Molló, mandó otra carta para identificar con detalle al segundo adulto que lleva de la mano a uno de los niños amputados. Se trataba de Thomas Coll, residente en aquella localidad francesa, que había perdido una pierna en la Primera Guerra Mundial. Salió a ayudar a los refugiados, al enterarse de que algunos heridos y lisiados tenían dificultades para completar el camino.
La periodista Lola Huete realizó en 2003 el documental “Ese, el de la foto, soy yo”, dirigido por la hispano-alemana Cuini Amelio Ortiz. Amadeo Gracia regresó por primera vez a Prats de Molló en aquella ocasión. Se le acercó una mujer de 83 años, Rosa Torner, y le dijo: “Yo te vi llegar. Tenía dieciocho años y me acuerdo de haber ido a la escuela a prestar ayuda. Había muchos niños, sí. Pero dos hermanos mutilados juntos, no. Yo te vi”.
En 2008 TV3 emitió otro documental, “Petit Amadeo”. En 2013 se rodó asimismo el titulado “Ni oblido, ni perdono”, dirigido por Joan Giralt. La escena de la foto se convirtió el año 2000 en la escultura de bronce realizada por Lola Reyes y Joan Garcia que se alza en La Vajol, sufragada por asociaciones memorialistas de víctimas del franquismo e instituciones catalanas.
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