El arquitecto Elias Rogent proyectó a partir de 1863 dos grandes edificios contiguos en el espacio del centro urbano de Barcelona liberado por el derribo de la antigua muralla: la Universidad de Barcelona y el Seminario. Ambos incluían jardines en el interior del recinto. Hoy el edificio histórico de la UB acoge cuatro mil estudiantes y abre al público sus jardines toda la semana (no solo en horario académico). El vecino edificio del Seminario sumA este curso treinta y dos estudiantes de sacerdote y sus jardines no son accesibles. El Seminario fue asaltado y parcialmente
incendiado durante la Semana Trágica de 1909. En la Guerra Civil operó como sede de la Universidad Popular de las Juventudes Libertarias, albergue de refugiados, hospital y residencia de algunos presos.
Pese a que en los últimos años ha incorporado la Facultad de Teología de Catalunya y la Facultad de Filosofía de la Universidad Ramon Llull, el edificio eclesiástico sigue ocupando toda una manzana en pleno centro de la ciudad y resulta ostensiblemente desmesurado para la actividad que desarrolla. La media de ordenaciones sacerdotales en toda Catalunya fue durante la última década de seis nuevos curas al año.
El pasado domingo Llàtzer Moix escribía en el diario
La Vanguardia: “Los seminarios son a veces caserones de largos pasillos, estancias frías y aire lóbrego. A menudo de grandes dimensiones en amplias parcelas de la ciudad. Su rehabilitación con nuevas finalidades parece lógica”.
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