Me he entretenido en leer muchas de las páginas publicadas estos días en la prensa sobre el décimo aniversario de la quiebra del banco norteamericano Lehman Brothers. La crisis mundial en cadena que provocó fue encarada de forma muy curiosa por los gobiernos: rescataron a los grandes grupos financieros en quiebra con dinero público y lo restaron de los servicios sociales, así como también a través de una nueva precarización del mercado laboral. De la lectura de los detalles del décimo aniversario de los hechos he sacado la conclusión de que la abundancia de información acostumbra a impedir un resumen claro. En
cualquier situación intervienen muchos factores contrapuestos. Debe saberse elegir cuál es el vector principal que la caracteriza, a no ser que se quiera complicar su comprensión, lo que también constituye una tendencia asentada.
cualquier situación intervienen muchos factores contrapuestos. Debe saberse elegir cuál es el vector principal que la caracteriza, a no ser que se quiera complicar su comprensión, lo que también constituye una tendencia asentada.
Por suerte, los diarios me han ayudado. El mismo día del décimo aniversario de aquella quiebra y sus consecuencias, conocidas aquí como crisis de los recortes, La Vanguardia publicó ayer otra información que lo resumía a la perfección. Un titular anunciaba: “Catalunya dedica a la sanidad un 27,5% menos que antes de la crisis”.
La brevedad no siempre es enemiga de la complejidad de las cosas, sino su mejor destilado. La complejidad tiene muchos partidarios que viven de ella y que quisieran desacreditar la brevedad como si fuese una simplificación abusiva.
“Catalunya dedica a la sanidad un 27,5% menos que antes de la crisis” no es ninguna simplificación, sino un resumen claro. No es necesario alargarse más.
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